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Lección 2:
Moisés: El Profeta Debutante

Introducción

Esta semana pasada, el Seminario de Dallas tuvo otra entrega de diplomas. Me recordó la época en que yo di el mensaje de entrega de diplomas en la graduación del Seminario en la época del verano. Eso fue hace casi 20 años, pero gracias a la era de las computadoras, pude recuperar el mensaje y verlo de nuevo. Debo confesar que la introducción fue una de mis historias favoritas, y asimismo sirve muy bien para la introducción de este mensaje sobre el profeta Moisés, así que citare una buena porción de esa introducción:

“Me siento como si hubiese experimentado una iniciación y llegado a ser miembro de un club exclusivo. Realmente conocía acerca de caballos. Y yo estaba sobre una nueva silla de montar con toda clase cinchos y hebillas extra que me golpeaban las piernas mientras doblaba la esquina de la colinas Newton Road.”

Pienso que Moisés se hubiera reído de esta historia. Se hubiera reído porque se hubiera identificado con James Herriot. Moisés, también, tuvo una humillante experiencia al inicio de su ministerio, una experiencia que lo llevó a salir de Egipto y de en medio de los israelitas a los cuales esperaba liberar. Pasarían otros 40 años antes de que Moisés regresara a Egipto, y lo haría a regañadientes. Él llegaría a ser uno de los mas grandes profetas de todos los tiempos, pero sería un largo trayecto de regreso, con muchas lecciones a lo largo del camino.

En la Biblia, leemos la expresión “Moisés y los profetas,” pero muy pocas veces leemos que se refiera acerca de Moisés como un profeta. Pero eso es lo que él es. No es el unico profeta en el Pentateuco, pero él es, sin lugar a dudas, el mas grande de todos. Hubo algunos otros “profetas” en el Pentateuco.6 Algunos no fueron llamados profetas, pero parece que tuvieron un ministerio profético. Noé, por ejemplo, es llamado en 2 Pedro 2:5 “pregonero de justicia”7. Su largo proyecto de construcción (el arca) fue seguramente una advertencia visible del juicio divino que vendría sobre el mundo entero. José interpretó los sueños de Faraón (Génesis 41) y los propios (Génesis 42:8), y el mensaje en ambos es claramente profético. Jacob profetiza con relación al destino de sus hijos (Génesis 49.) A pesar que Moisés no se refiere a Enoc como un profeta en el Pentateuco, el libro de Judas en el Nuevo Testamento habla de su profecía (Judas 1:14-15.) Miriam, la hermana de Moisés, es identificada como profetisa por el mismo Moisés (Éxodo 15:20.)

En esta lección, buscaremos rastrear la carrera de Moisés como profeta e intentar identificar algunas de las maneras con las cuales Dios lo moldeo para la grandeza. Identificaremos algunas de las cualidades de Moisés como profeta y veremos como estas cualidades deberían ser evidentes también en nuestras vidas.

El Llamado de Moisés como Profeta

Moisés no estaba ansioso de ser profeta. Él retrae su pie todo el tiempo. Dios refuta toda objeción que Moisés ofrece, y sin embargo Moisés persiste en objetar su regreso a Egipto y el enfrentar a Faraón. Cuando leo este pasaje en Éxodo 4, casi espero que un rayo venga de lo alto, terminando a Moisés por su increíble rechazo a obedecer la instrucción de Dios. Siempre he visto la respuesta de Moisés aquí negativamente. ¿Cómo podríamos alabar su falta de fe o su resistencia a obedecer?

Sin embargo, debe haber talvez un elemento positivo aquí, el cual no debe ser ignorado. Estoy impresionado con el hecho de que muchos de aquellos a los cuales Dios escogió para tener un papel de liderazgo estuvieran tan concientes de sus limitaciones humanas (1 Samuel 18:18; 2 Samuel 7:18; 1 Crónicas 17:16; 29:14; 2 Crónicas 2:6; 1 Reyes 3:5-9; Jeremías 1:4-10. A través de dolorosas experiencias, he llegado a estar inquieto acerca de aquellos que están demasiado ansiosos (algunas veces impulsados) a ser líderes, y que se sienten confiados de su habilidad para conducir al pueblo de Dios. Tal vez Moisés se fue muy lejos en su auto-humillación, pero de algún modo, estaba conduciéndose en la dirección general correcta — no confiaba en su propia fuerza.

Yo pienso que puedo entender como y porque Moisés llega a desconfiar de sí mismo como líder. Necesitamos entender la secuencia de eventos que llevaron a Moisés a su auto-desconfianza, la cual más tarde lo llevó a ser el gran líder de Dios. La historia comienza con la “salvación” de Moisés de las aguas.8

Moisés fue el epítome de las habilidades y los logros humanos debido a la formación que recibió como el “hijo” de la hija del Faraón. (En mi opinión ella pudo bien haber estado preparándolo para ser el próximo Faraón.) Es por esto que Esteban puede decir que Moisés era “poderoso en sus palabras y obras” (Hechos 7:22. ) Moisés fue un hombre poderoso. Tenía las conexiones familiares adecuadas, la educación adecuada, y todas las ventajas adecuadas. Asi que fue este hombre poderoso, Moisés, quien trato de ayudar a los israelitas en su propia fuerza:

Moisés realmente fue un hombre poderoso. Él había sido criado en la corte real de la nación mas grande sobre la faz de la tierra en esa época. Fue bien entrenado y calificado en su manera de hablar. Creo que fue un hombre persuasivo, y aun si no lo fue, con todo y eso era un hombre muy poderoso.9 Y creo que Moisés intento emplear esa “fuerza” para ayudar a sus compatriotas, los israelitas. Al igual que James Herriot, el primer intento de Moisés de “mostrar lo que tenia” fue una falla miserable. Termino matando a un egipcio, y no se gano el respeto del israelita que trato de rescatar. Al final Moisés tuvo que renunciar a todo lo que una vez tuvo en cuenta como fuerza y salir al desierto, en donde el pastoreo ovejas durante 40 años.

No fue sino después de 40 años de vagar en el desierto pastoreando ovejas que Dios le apareció a Moisés, instruyéndolo a regresas a Egipto y demandar, en Su nombre, la liberación de los israelitas. ¿Encuentra usted sorprendente que Moisés intentara declinar la ordenes de Dios, evitando regresar a Egipto? El primer esfuerzo de Moisés de liberar a su pueblo fue un desastre. ¿Por qué debería intentarlo de nuevo? Y desde una perspectiva humana, cualquier ventaja que Moisés tuviera muchos años antes, ya no las tenía ahora. En esa época él era un hombre de posición y poder, ahora, era un fugitivo, buscado por asesinato. En cierta manera, entonces, Moisés estaba justo en donde Dios quería—conciente de su debilidad y conciente del hecho de que tarea era realmente una “misión imposible.” Esta ves, si los israelitas eran liberados, sería por medio del poder de Dios, y para la gloria de Dios. Esta ves el no iría porque “se le ocurrió” (Hechos 7:23), y porque “pensó que los israelitas entenderían su misión” (Hechos 7:25.) Esta vez, sería porque Dios lo había mandado a ir, y porque el Ángel de dios lo acompañaría y le daría poder:

Fue después de que Mises había sido humillado, y después de que él estuvo dolorosamente conciente de su debilidad, que dios lo envió delante de Faraón en Egipto y a liberar a los israelitas de su esclavitud en Egipto. Fue después de que Dios transformó a Moisés que él habla como un gran hombre:

El Ministerio de Moises se Multiplica.

Moisés fue un gran líder, pero la tarea que tenía por delante rápidamente lo abrumó. Esto fue notado por Jetro, cuando visitó a Moisés, su yerno, y le dio un buen consejo:

El consejo de Jetro fue atendido, pero aparentemente de manera inmediata. Pareciera que los líderes a quien Jetro recomendó no fueron debidamente instalados sino hasta después de una crisis. Esta crisis y su resultado se describe en el libro de Números:

Moisés no se sentía amenazado al pensar en compartir el ministerio con otros. Moisés era un profeta. Yo creo que cuando la gente venia a Moisés para “juicio”, ellos venían a él para recibir guía, o sea, para conocer “la voluntad de Dios” para sus vidas con relación a algún asunto en particular. En este sentido, Moisés estaba funcionando como profeta cuando juzgaba al pueblo que llegaba a él. Y cuando 70 personas fueron apartadas para que asistieran a Moisés en el ministerio, fueron asimismo dotados de poder para profetizar. Esto solamente sucedió a ellos en una ocasión, según informa nuestro texto, pero fue suficiente para demostrar que a ellos se les había dado la capacitación divina necesaria para llevar a cabo su ministerio “profético”. Todo esto se dio para que asistieran a Moisés en su ministerio profético.

Sabemos por la historia, (tanto secular como bíblica) que algunos reyes fueron tan inseguros en su gobierno que eliminaban cada posible sucesor al trono, cada potencial competidor. Esta es la razón por la que Herodes masacra a todos los niños de dos años hacia abajo en Belén. (Mateo 2:16-18. Hay mucho de esta manera de pensar en el ministerio cristiano. Llevado por un equivocado sentido de lealtad hacia Moisés, Josué percibió a los 70 como una amenaza al liderazgo de Moisés. Moisés de ninguna manera no lo veía de esa manera. El no busco acumular para sí el don que Dios le había dado. Él deseaba que todos lo poseyeran, y recibía bien el que otros lo tuvieran.

Ahora, que ha pasado el tiempo, y los días han pasado, hay muchos lideres que se atreven en nuestros días a llevar el trabajo como el “show de una sola persona”, no lo harían de otra manera. Ellos dicen (o al menos piensan) cosas tales como: “si quieres que un trabajo se haga bien, tienes que hacerlo por ti mismo.” Moisés recibía con agrado la ayuda de otros, y en el proceso, el ministerio se veía grandemente enriquecido. Su liderazgo prosperó porque alentó el ministerio de otros y compartió alegremente su ministerio.

El Ministerio de Moises es Difamado

Moisés fue un gran hombre, un hombre que compartió el ministerio de los 70 ancianos a los cuales Dios les dio poder para ayudarle a él. Moisés también compartió el ministerio con su hermana Miriam. (Una profetiza) y su hermano Aarón. Y sin embargo fueron estos dos quienes se volvieron en contra de su hermano y su líder. Algunas cosas nunca cambian. Esto es igual a lo de Satanás. Satanás, a quien se le dio mucha autoridad debajo de Dios, quería mas poder y autoridad. El quería ser el numero uno. Y así, queriendo ser “como Dios, se rebelo en contra de Dios (Isaías 14:12-14; Ezequiel 28:11-19), prometiéndole a Adán y Eva que ellos, también, podían ser “como Dios”(Génesis 3:5; ver 3:22.

El asunto no era realmente acerca de “igualdad” o “pluralismo” en el liderazgo—al menos no aquí. No era el asunto acerca de que Moisés buscara usurpar la autoridad sobre Miriam y Aarón, u otros. El asunto de raíz era racial. En Números 12:1, se nos dice que Moisés toma una mujer cusita (o Etiope) como mujer. El problema de Miriam era el que Moisés había incluido una mujer gentil, permitiendo de este modo a los gentiles participar en las bendiciones de Dios para la nación de Israel. Es este el mismo asunto que puso a nuestro Señor en serios problemas al inicio de Su ministerio (Lucas 4, versículos 23-29 especialmente) y también el apóstol Pablo (Hechos 21:27-28; 22:21-22. El derecho de Moisés a liderar no fue desafiado sino hasta que Moisés escogió liderar de una manera que a sus hermanos les pareció que era inaceptable. Solo entonces ellos pegaron de gritos diciendo que Moisés se estaba colocando arriba de ellos por si mismo, y que la autoridad de ellos era tan grande como la de él. Y ya que ellos eran iguales a él (al menos en sus mentes), entonces Moisés estaba fuera de lugar. Ellos estaban convencidos que él ¡nunca debió haber seguido con ese plan de casarse con esta mujer Gentil!

Moisés tuvo dos oportunidades para capitalizar esta oposición. Primero, él pudo tomar ventaja de la situación en el momento, para hacer un ejemplo de su hermano y hermana. Si Moisés pudiera avergonzar y silenciar a aquellos que estaban mas cerca de él, y a aquellos que estaban en mas alta estima después de ellos, entonces Moisés podría lograr un punto significativo con todos los israelitas. Hacer esto no es siempre una cosa mala. En Proverbios leemos, Del castigo al insolente, el imprudente aprende”10 (Proverbios 19:25.) Cuando fui maestro de escuela, encontré muy beneficioso identificar al muchacho que daba problemas, y tratar con él (o ella) de manera que eso instruyera al resto. Moisés pudo haber justificado fácilmente el hacer eso, pero escogió no tratar con la oposición de esa manera.

Segundo, Moisés tuvo la oportunidad de usar esta situación para su ventaja históricamente. No solamente Moisés esta “bajo fuego en este incidente, Moisés es el que esta reportado en la Escritura, de modo que él puede influenciar la manera que los lectores lo verán a él y a sus hermanos. Bajo la inspiración no puede hacer otra cosa mas que reportar los hechos de la historia. El no tiene la libertad de esconder el relato para que su familia luzca bien. Tampoco él tiene la libertad de pintar a sus hermanos de manera tal que se exagere su pecado (aunque confieso que seria difícil hacerlo.) Moisés no trata de utilizar este feo incidente como pasto político o como un evento publicitario. Simplemente cuenta la historia tan simplemente y verazmente como puede.

Yo puedo apreciar mejor el comedimiento de Moisés si me pongo a mi mismo en sus sandalias. ¡Cuan tentador esto pudo ser, como profeta, si yo hubiese estado en esta situación! ¿Ha tenido usted la oportunidad de estar en medio de una conversación con alguien en donde se le dice algo increíblemente equivocado o inusualmente cruel y descortés? En ese momento, usted busca desesperadamente la respuesta correcta. Y entonces, 15 minutos después que la persona se ha marchado, piensa en la manera perfecta de regresar con él, la manera perfecta de derribarlo. Si hubiese sido Moisés en ese momento en el tiempo, falsamente bajo ataque por mis asociados mas cercanos, creo que no me hubieran faltado las palabras para hablar ¡me hubiera hecho falta el auto control necesario para refrenarme en responderles! ¿Quién mejor que un profeta sabría justamente que decir, y tener la capacidad de hacer una introducción a su respuesta con las palabras, “Así dice el Señor. . .? Moisés pudo haberse defendido fácilmente a si mismo, y que tentación que esto pudo haber sido. En lugar de eso, se mantuvo en silencio.

Moisés no necesita decir nada, como podemos ver de la historia. Note cuan rápidamente y cuan enérgicamente Dios habla en su defensa. ¿Ha estado usted en una tienda viendo a un niño portarse mal enfrente de su madre y de todos los que están allí? (Muy a menudo en nuestros días, nada pasa, excepto que la mamá invita al niño a guardar silencio. De tiempo en tiempo, sin embargo, usted vera un padre que se toma el trabajo de tratar efectivamente con la desobediencia del niño. Me gustaría ver al padre tomar por la fuerza al niño, salir de la tienda con él, y proceder a administrar disciplina, fuera de la vista de los que compraban en la tienda, la mayoría de los cuales se darían el uno al otro una señal con la cabeza de entendimiento y aceptación de eso.

Eso es lo que pienso cuando leo el relato de la manera en que Dios trató con la rebelión de Miriam y Aarón. Dios habla, ordenando a Moisés, Miriam y Aarón a aparecer inmediatamente en el tabernáculo de reunión. ¿Puede ver usted el rostro pálido de Miriam y Aarón, viéndose el uno al otro con los ojos abiertos? Pienso que en ese momento Miriam y Aarón supieron que estaban en serios problemas. Dios entonces los reprendió, dejándoles muy claro que Moisés era el “profeta líder” y que ellos eran sus subordinados. Él tenía autoridad de reclamar sus derechos,” y que ellos no tenían el derecho a protestar. Dios habla a ellos dos y a través de ellos dos, pero recibieron su revelación indirectamente; Dios se comunico con Moisés de manera íntima. Fue esta intimidad con Dios la que coloco a Moisés aparte de, y arriba de todos, los otros profetas. Nada de esto hablo Moisés— aunque él era el que estaba siendo atacado—y a pesar que él era el “profeta de mayor categoría.” Todo esto lo habló Dios mismo, y usted sabe que Miriam y Aarón escucharon, especialmente cuando Miriam fue golpeada con lepra durante una semana. EL HOMBRE QUE NORMALMENTE HABLO POR DIOS GUARDO SILENCIO, Y DEJO QUE DIOS HABLARA POR ÉL.

En el contexto de este ataque contra Moisés por sus propios hermanos, leemos estas palabras: Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.11 Si alguna vez alguien tuvo la habilidad de defenderse a si mismo, fue Moisés, pero escogió no hacerlo. Esto es mansedumbre—no es debilidad. No fue que Moisés era incapaz de defenderse a si mismo. El asunto es que él era mas que capaz, y sin embargo optó por no hacerlo. Esta es la misma clase de mansedumbre que vemos en nuestro Señor cuando rehusó defenderse a Sí mismo delante de los Judíos y Pilatos, aun cuando Él enfrentaba la crucifixión.

La Palabra Final sobre Moises
(Deuteronomio 34:1-12)

Al considerar estas palabras, escritas por alguien que no fue Moisés (per aun inspirado divinamente), me gustaría enfocar su atención en varias verdades importantes.

Primero, Moisés fue un gran profeta, pero no fue perfecto. La Biblia habla acerca de la grandeza de muchos hombres, hombres como Noe, Abraham, Moisés, David, Salomón, y Elías. Pero una cosa es clara en la Biblia: No importa cuan grandes algún hombre fueron, estuvieron lejos de ser perfectos. Noe se emborrachó, y Abraham mintió acerca de su esposa (mas de una vez.) David pecó con relación a Urías y su esposa, Salomón con todo lo sabio que fue, fue muy tonto al tomar mujeres extranjeras y facilitar la adoración de sus dioses. Elías quiso renunciar como profeta, enojado porque Dios no lo hizo mas exitoso. El profeta mas grande (si con seguridad asumimos que este fue Moisés) ni aun fue capaz de entrar a la tierra prometida. El mas grande sacerdote (quien quiera que haya sido) pudo entrar al Lugar Santísimo solamente una vez al año. Su sacrificio no quitaba el pecado, sino que solamente lo apartaba por otro año. El rey mas grande (ya sea David o Salomón) estuvieron lejos de ser perfectos de muchas maneras. Esto oficios anticiparon al Gran Profeta, Sacerdote y Rey—nuestro Señor Jesucristo. Las imperfecciones y debilidades de Sus prototipos solamente sirven para subrayar la necesidad de Uno mas grande que ellos, y este Uno no podía ser un hombre, sino que debía ser el Hijo de Dios mismo. Las imperfecciones de Moisés nos hacen ver hacia Él quien es el Dador de la Ley y Profeta perfecto.

Habiendo dicho esto, debemos también reconocer que Moisés fue talvez el profeta debutante de Israel. Dios mismo lo dijo:

Defectuoso que fue, y lejos de la perfeccion, Moisés fue realmente un gran hombre. Uno no puede leer el Pentateuco sin llegar a esta conclusión, y mas tarde los escritores inspirados se refirieron al del mismo modo. Morse fue un gran profeta, y como él no hemos visto nunca desde entonces a ningún hombre.

Moisés fue un profeta debutante como prototipo de Cristo. Fue en los rechazos que le hicieron, y en sus fortalezas, que Moisés fue prototipo del Mesías que vendría. Moisés mismo hablo de esto. No intento mostrar todas las maneras en que Morse fue prototipo de Jesús. Pero detallaré algunos paralelos entra nuestro Señor y Moisés:

Conclusión:
Lecciones a ser Aprendidas de Moisés

Moisés fue un gran hombre de Dios, y muchas lecciones pueden ser aprendidas de su ministerio como profeta. No quiero decir con esto que todos nosotros necesitamos ser profetas, como lo fue Moisés. Sino que debemos proclamar le Palabra del Señor a los hombres. N este sentido, hay mucho que aprender para cada cristiano del ministerio profético de Moisés.

Ser un profeta requiere una capacitación sobrenatural, y esto no puede ser hecho en el poder de la carne. Ser profeta es un ministerio sobrenatural que requiere un poder sobrenatural. Cuando Moisés intento primero liberar al pueblo de Israel, lo hizo en sus propias fuerzas—y falló miserablemente. Siendo un hombre criado en las cortes reales de Egipto, Moisés fue bien educado, persuasivo, e influyente. Y sin embargo nada de esto lo capacitó para liberar exitosamente a un solo compatriota israelita. Fue idea de Moisés rescatar a su pueblo, no de Dios (Hechos 7:23, 25.) Sus esfuerzos “en la carne”, no importando cuan grandes y cuan sinceros, no fueron adecuados para la tarea. Moisés se dio cuenta de que esta era una tarea mucho mas grande, y que por lo tanto necesitaba capacitación divina. No es de maravillarse entonces de que estuviera reacio de regresar a Egipto cuando Dios le ordenó hacerlo. Él, al igual que Pablo, llego a ver que sus “fortalezas judías” eran inútiles (Filipenses 3:1-12), y que en su debilidad, Dios revelaría su fortaleza (2 Corintios 12:1-10.) No podemos realizar el trabajo de Dios a Través de la carne, sino solamente a través de la capacitación de Su Espiritu.

Dios hace “tarde” algunas veces lo que nosotros queremos hacer “pronto”. Cerca de 230 veces en los Salmos la pregunta, “Hasta cuando...? es elevada por el salmista. La realidad es que a nosotros no nos gusta esperar. Queremos que Dios actúe hoy y no mas tarde, porque somos impacientes. Casi la misma cantidad de veces encontramos en los Salmos la palabra “espera”, en el sentido de un hombre esperando a Dios. Dios se había propuesto liberar a Israel a través de Moisés, pero 40 años mas tarde de lo que Moisés había pensado, y de una manera muy diferente, como establecerá el siguiente argumento.

Los medios de Dios raras veces son los que nosotros esperaríamos.

Moisés asumió que Dios lo usaría por cause de su poder e influencia como alguien cercanamente asociado con el trono de Egipto. Moisés asumió mal, y falló. Dios no utilizó un “cuasi-Faraón” (asumiendo que Moisés había sido preparado para esa tarea), sino que usó un criminal—un asesino—con una orden de captura. No fue que sus 40 años de educación y preparación en Egipto carecieran de valor, pero sus últimos 40 años de entrenamiento fueron en el desierto, pastoreando ovejas. No fue a través de la “mano de Moisés,” o a través de su acto de violencia (asesinato) que Dios rescato Su pueblo, sino a través de la “mano de Dios,” cuando no Moisés ni los israelitas levantaron una mano en contra de un egipcio.12

Los grandes hombres de Dios son aquellos que no se sienten amenazados por el ministerio de otros, sino que agradecidamente abrazan este como un plan de Dios para multiplicar el ministerio, mas que un plan de los hombres para monopolizarlo. Debo confesar que este punto me sorprende un poco, aunque no debería. Por mucho tiempo he estado convencido del principio de pluralidad en el liderazgo y el ministerio de la iglesia. Pero por alguna razón siempre he considerado a los profetas como si fueran de tipo “llanero solitario”, quienes buscan desarrollar sus ministerios solos. Moisés me forza a repensar acerca de mi posición. Moisés fue un profeta. Como tal, juzgaba al pueblo, comunicando la voluntad de Dios en aplicaciones mas especificas. (Éxodo 18. Debido a que el trabajo era demasiado grande para él, nombro a otros, sobre los cuales el Espíritu de Dios cayó, equipándolos para compartir el ministerio profético con Moisés. También recordé la “escuela de profetas” que encontramos en el Antiguo Testamento. Todo esto ayuda e enfatizar el principio de pluralidad, aun dentro de los profetas. (Dicho sea de paso, con múltiples profetas, la profecía de un solo profeta puede ser confirmada por el resto. (Vea 1 Corintios 14:29.)

No emplee sus dones espirituales para obtener ganancia personal o sus motivos egoístas. Moisés fue un profeta. Seguramente este don hubiera sido muy útil en contra de Aarón y Maria cuando se opusieron a Moisés. Moisés pudo haber usado su don (o su posición) para auspiciar sus propios intereses, pero dejo su defensa en manos de Dios. ¡Cuan fácil es prostituir los dones que Dios nos ha dado y usarlo para nuestra propia ganancia, y no para edificar a otros. Algunos de la iglesia de Corinto ilustran este asunto muy bien. Humildad es tener el poder para lograr cualquier cosa que desee y optar por no hacerlo de una manera que sirve para mi propio beneficio. Moisés fue humilde, y en esto él fue igual que el “Profeta” que vendría después de él.

Nuestro ministerio no es meramente hablar de Dios, sino imitar a Cristo. Aun profeta es alguien que habla en nombre de Dios. En este sentido, su lengua y su boca juegan un papel vital en su ministerio (ver Isaías 6:1-7.) Pero sería erróneo concluir que es solamente a través de su hablar que un profeta “habla” en nombre de Dios.

Este es un texto interesante. Hasta donde yo lo sé, solamente la versión King James lo entrega en un sentido literal (la palabra “mano” se encuentra aquí tanto en los textos Hebreos como Griegos del Antiguo Testamento). Pienso que una traducción literal es necesaria y apropiada. El punto es que Dios habla a través de Moisés, no solamente a través de sus labios, sino a través de su vida, no solamente por medio de sus declaraciones, sino también a través de sus hechos. Pienso que lo mismo es verdad a cerca de Nuestro Señor, y este concepto más amplio del “hablar” esta en la mente del escritor de Hebreos cuando escribe,

1 En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas.2 Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas.3 Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de limpiarnos de nuestros pecados, se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios,13 (Hebreos 1:1-3, el énfasis es mío.)

Creo que Moisés comprendió que no solamente sus palabras, sino también su vida, era reflejar a Cristo. Pienso que lo mismo es para los cristianos de hoy en día. No debemos solamente hablar de Cristo y por Cristo a los hombres; tenemos que vivir a Cristo. Pablo dijo, “ Porque para mí, seguir viviendo es Cristo, Filipenses 1:21. Pedro persiguió en ejemplo de Nuestro Señor y llamo a los santos a que lo imitasen a Él (1 Pedro 2:18 ss..) Usted y yo debemos manifestar a Cristo a un mundo moribundo y perdido, y esto no se hace solamente repitiendo su Palabra, por importante que esto sea. Se hace a medida que Cristo vive en nuestras vidas. Jesús les dijo a Sus discípulos que verlo a el era ver al Padre (Juan 14:9). Cuando los hombres ven nuestras vidas, ellos deben ver a Cristo. En este sentido, nuestro estilo de vida es (o debería de ser) profético.14

Las personas (incluyendo los profetas) son perfeccionados por la adversidad. Moisés creció en su fe y en su obediencia cuando la adversidad se presento en su camino. Aun nuestro Señor fue perfeccionado a través de la adversidad:

Esta mas que claro en las Escrituras que los profetas fueron las personas mas perseguidas, y que todos los que viven vidas piadosas deben esperar persecución:

La adversidad no es una prueba de que existe impiedad, como los legalistas Judíos de los días de Jesús insistieron (y así como algunos continúan insistiendo en nuestros propios días) La adversidad es el trabajo purificador y perfeccionador de Dios. Es por nuestra conducta en medio de la adversidad que tenemos la oportunidad de imitar a Cristo (ver 1 Pedro 2:18ss.).

Es un ministerio glorioso el que nos ha sido dado. Cuando pienso acerca del ministerio de Moisés, me recuerdan estas palabras, escritas por el apóstol Pablo:

De muchas maneras, el ministerio de Moisés tuvo su dosis de miseria. Él fue resistido y recibió oposición, aun de parte de aquellos a quienes lideró en Egipto. Moisés recibió oposición aun de su propio hermano y hermana. Pero cualquier cosa que digamos acerca de la adversidad que Moisés soportó, él fue un hombre altamente privilegiado. Moisés disfrutó mas intima relación con Dios que cualquier otro hombre (después de Adán) haya experimentado en los tiempos del Antiguo Testamento. Hubo “gran gloria” asociada con su ministerio, sin embargo su gloria es grandemente obscurecida por la mayor gloria que todos nosotros optemos experimentar en la practica y proclamación del evangelio ahora. En medio de lo difícil de la vida, no perdamos la vista de la gloria. Y que esto sea un incentivo para que nosotros denodadamente proclamemos a Cristo a un mundo perdido y agonizante.


6 El término “Pentateuco” se refiere a los primeros cinco libros del Antiguo Tetamento, los cuales fueron escritos por Moises: Génesis, Exodo, Levítico, Números, y Deuteronomio.

7 Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

8 Debemos recordar que “Moisés” fue el nombre que le puso la hija del Faraón: Exodo 2:1 y lo llamó Moisés, pues dijo:—Yo lo saqué del agua. (Éxodo 2:10). La palabra “lo saque” es muy similar al nombre “Moisés. Faraón mando a los israelitas: “Échenlo” (al Nilo—Éxodo 1:22), pero su propia hija desafió esa orden, y la revertió, sacando a Moisés del Nilo, y luego nombrándolo, en efecto, “sacado. ¡Como Dios se complació en salvar a Israel a través del niño Mises, y a través de la propia hija de Faraón!

9 Con un poder como este, Moises no necesitaba ser persuasivo; todo lo que tenía que hacer era dar una orden.

10 Dios Habla Hoy - La Biblia de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

11 Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

12 Las plagas que dios trajo sobre los Egipcios se intensificó. Comenzaron con incomodidades y crecieron hasta el terror. Dios fue lento en matar a toda criatura viviente, y solamente como último recurso Dios tomó las vidas de los primogenitos en Egipto, y esto despues de advertir a los Egipcios y proveerles un “medio de escape” en la celebracion de Pascua. Mi punto aquí es que aún Dios no acudió con rapidez a la “violencia.”

13 Dios Habla Hoy - La Biblia de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

14 Por ejemplo, cuando el mundo observa, ellos deben ver que nosotros no estamos colocando tesoros en la tierra, sino atesorando en el cielo. Esto habla de la esperanza que hemos guardado para nosotros y de la naturaleza temporal de este mundo.

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