Un Texto Antiguo Para Concepciones Mesiánicas Posteriores:
Un Vistazo a Génesis 49:8-12

Por:
Greg Herrick, Ph.D.
Traducido por Luis J. Quirindongo

En Inglés

Introducción

Los autores del Nuevo Testamento (NT) constantemente utilizaban el Antiguo Testamento (AT) en sus predicaciones acerca de Cristo. Y con buena razón, por supuesto, porque ellos entendían que todo el AT hablaba acerca de la venida de Cristo, ya fuera directa o indirectamente: por tipología, por ejemplos, etc. Jesús dijo en Lucas 24:44 que todo lo que se mencionaba acerca de Él en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos tenía que cumplirse. Esto significa que de alguna manera se hace referencia a Él como el Mesías/Salvador/sacerdote/rey por todo el AT, incluyendo el Pentateuco (éste era “la ley” de la que habla Lucas aquí). Es al Pentateuco, y en particular a Génesis 49:8-12, que ahora dirigimos nuestra atención en este corto artículo. (Este artículo es uno de muchos que le seguirán y que intentarán exponer las concepciones monárquicas davídicas del Antiguo Testamento como trasfondo para la aparición del Mesías en el Nuevo.)1

Quizás una de las más intrigantes tradiciones narradas en el “testamento de Jacob,” (como se le llama a Génesis 49:3-27)2 es la bendición de Judá en los versos 8-12. Según Wenham, este pasaje por sí mismo “ha provocado más controversia que todo el resto del capítulo.”3 Hay millares de preguntas sobre el significado preciso de cada uno de los símbolos (por ej., “cachorro de león,” “entre sus pies,” etc.), las palabras exactas del verso 8 en el manuscrito original (sobre todo el paralelo con 1QM 12:10),4 el uso (recordar Sitz im Leben) de la tradición antes de su incorporación al texto, y la unidad general del poema como un todo; y no se vislumbra un consenso en la mayoría de ellas. El pasaje ha tenido diversas interpretaciones a través de la historia, sobre todo desde el siglo XIX y el comienzo de la Alta Crítica5. Nuestro propósito aquí no es dar respuestas sistemáticas a todas las interrogantes que surgen de este texto, sinó traer a la luz ciertos elementos que son importantes para entender la esperanza real en el Antiguo Testamento y los tipos de ideas que estaban a disposición de los autores del Nuevo para usar en la predicación acerca de Cristo. Son los símbolos que conciernen a Judá los que luego tuvieron importancia en el pensamiento judío posterior acerca del Mesías y su reino, porque ellos delinean de forma incipiente el perfil de un Rey que vendría. El enfoque de este estudio no es el uso dado a Gén 49:8-12 en el NT, sinó el texto mismo de Génesis 49 y los tipos de ideas monárquicas que propone.

Fecha e Integridad Literaria Génesis 49:8-12

La visión que prevalece en la escuela crítica sobre las tradiciones reflejadas en el poema depende en parte de la visión que tengamos sobre la integridad literaria del mismo. Para los que ven el poema como una colección de tradiciones dispares la fecha varía de forma correspondiente, desde pre-monárquica para algunas tradiciones hasta pos-exílica para otras. Por otra parte, para aquellos que reconocen la integridad literaria general de la unidad, la fecha se encuentra — basándonos en consideraciones internas, por ej. donde se dice que viven las tribus (ej. Zabulón en el v. 13) y el énfasis marcado en Judá en los versos 8-12 y en la tribu de José— en algún momento durante el período de los Jueces, con unas modificaciones posteriores en el tiempo de la monarquía.6 Hay, sin embargo, suficiente evidencia a favor de una fecha aún anterior (ej. la falta de referencia a cualquier tipo de legislación mosaica), pero bajo cualquier análisis razonable se le puede considerar una de las partes más antiguas de la Biblia7.

Concepciones monárquicas en Génesis 49:8-12

Hay varios aspectos del Rey venidero y de su reino que Génesis 49:8-12 presenta y que, ya sea verbal o conceptualmente, escritores posteriores usan. El principio del verso 8 “hT’a hd’Why+” (“Tú eres Judá”) con el uso del pronombre en segunda persona sirve para enfatizar el hecho de que la recitación que sigue concierne a Judá única y singularmente,8 o sea, a fin de cuentas concierne a la tribu como un todo. Y aunque algunos comentaristas no están de acuerdo, el verso es de naturaleza extremadamente loadora.9 Se dice que Judá será alabado por sus hermanos (v. 8a) y que ellos se inclinarán a él (v. 8c) probablemente porque se lo ha ganado conquistando a sus enemigos (o sea, “poniendo su mano sobre la cerviz” de ellos10) y sin duda porque, como son sus hermanos, ellos ciertamente se benefician de las victorias de Judá.11 Como le vá a la tribu, así le vá a la nación. Esto se desarrollará extensamente en el pacto concertado con David varios años después (2 de Sam. 7:6-16).

La idea de la fuerza de Judá se evidencia cuando el verso se refiere a él como “un cachorro de león (tyl!u* yn]b= [r\F#m!) que sube de la presa”. Aunque algunos han entendido la palabra tyl!u* como referente a “ser criado” devorando presa (ver Ezeq. 19:3), “es mejor entenderlo como la subida del león, luego de la caza, a su hogar en la montaña, donde descansa con seguridad inexpugnable”.12 Así que la imágen habla del poder y la supremacía de Judá sobre las tribus y sobre sus enemigos. Su soberanía se demuestra en que nadie se atreve a desafiarlo (es decir, “despertarlo”). Esto trae a nuestra mente los comentarios del salmista, cuando habla del Rey davídico de Dios, y dice: “Ahora pues, oh reyes, sed sabios; tomad consejo, jueces de la tierra. Servid a Dios con temor y regocijaos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enfurezca, y perezcais en el camino, porque en un instante se enciende su ira” (Salmo 2:10-12a NVI; ver también el Salmo 110).

Aunque algunos han encontrado difícil la metáfora del cetro (fb#v@) y la vara del legislador (qq@{jm=13 [v. 10]), no tiene que serlo si se vé que el principio de liderazgo y dominio se mantiene constante hasta este segundo símbolo. Hay muchas frases difíciles de traducir y de manejar aquí, pero la idea general es suficientemente clara. La idea central del símbolo es que Judá continuará en el poder14 hasta que venga hylv (Shiloh, o Siloh) y la obediencia de las naciones sea suya [o sea, de hlyv]. Así que el reino de Judá cristalizado en hlyv es visto aquí por Jacob como extendiéndose más allá de las fronteras de Israel hasta incluír el mundo entero, aunque quizás no en un sentido total y absoluto. El hecho de que las naciones de la tierra se beneficiarán (vea los comentarios a los versos 11 y 12 acerca de la idea de un reinado benéfico) se mantiene en línea con la visión que tiene el autor de las promesas del pacto de Dios con Abraham en Génesis 12:3: “en tí serán benditas todas las naciones.” Pero volvamos y analizemos con más cuidado al enigmático hylv.

Hay cuatro interpretaciones prominentes para Génesis 49:10b que se citarán aquí brevemente. Primero, el texto puede traducirse como “hasta que venga a Silo”15. El significado, entonces, sería que un gobernante de Judá vendría a tomar control de Silo, que se entiende como el nombre de un santuario sagrado en Efraín. Un problema significativo con este punto de vista es que la escritura de hlyv es completa, pero el nombre del lugar está mal escrito, hlv. Segundo, la Septuaginta y otras versiones dicen: “hasta que venga su propietario”. El significado en este caso sería que el gobierno (es decir, el cetro y la vara) no se apartaría de Judá hasta que viniera uno a quien pertenecía el derecho de reinar. Tercero, Westermann16 y von Rad17 sugieren que hlyv era originalmente hlvm y, por tanto, hablaban de un gobernante davídico o una figura mesiánica. Cuarto, varios comentaristas sugieren que el hebreo solo necesita reescribirse como h{l yv^ ab*y| “hasta que le sea traído tributo” para hacer buen sentido. Como arguye Wenham, esta “solución tiene la ventaja de no requerir cambios en las consonantes y forma un buen paralelo con la cláusula siguiente.”18 El punto más importante para nuestro análisis, sin embargo, no es la traducción precisa del término alyv sino el hecho de que, bajo cualquier traducción razonable del pasaje, se vislumbra un gobernante futuro y que este puede ir más allá de ser sólo otra figura política, sino que bien puede caracterizarse como una figura escatológica19 triunfante e imperante.20 Como indica Gunkel, la mención de olw+ indica claramente que es una persona lo que se visualiza aquí. 21

Los símbolos del verso 11 son objeto de una controversia no pequeña, pero aunque hay diferencias de opinión en cuanto a puntos específicos, el significado general es bastante obvio. Aquí al rey prometido del verso anterior se le vé atando su mula a una vid, lavando sus ropas en vino, y su apariencia denota tanto belleza como salud.22 El exquisito lenguaje describe un tiempo de gran bendición, simbolizado por la abundancia de leche y vino. Esta “es una figura bíblica común que indica la prosperidad y el favor divino”.23 El enlace de una tierra nueva con un rey venidero fue hecho varias veces por escritores posteriores (ver, por ej. Is. 11:1-9; Ezeq 34:23-31; Amós 9:11-15; Sal. 72:16). También puede hacerse otra inferencia sobre el símbolo de la uva, que puede tener implicaciones para escritores posteriores. Hamilton explica:

Es claro que “vino” no es lo mismo que “la sangre (o el zumo) de la uva”. La primera se refiere al producto final, la otra al acto de aplastar las uvas. ¿Tendremos aquí una imágen bucólica, pero con una intimación de violencia implícita? ¿Será que habrá tanto un lavado de vino como un lavado de sangre? A los suyos éste les traerá alegría y plenitud; a los que le rechazan les traerá terror.24

Resúmen

En resumidas cuentas, Génesis 49:8-12, con todas las dificultades exegéticas que contiene, todavía provee una fuente de concepciones monárquicas muy tempranas, en las que escritores posteriores tuvieron la oportunidad de inspirarse, de usar (ver los Salmos 45, 72, 89, 110, 132; Os. 3:5; Amós 9:11-15; Is. 9:6-7; 11:1ff, etc.), y adaptar de acuerdo al perfil de la figura real/escatológica que querían construír.25 El pasaje, entonces, es una profecía acerca de David y del reinado davídico. Vislumbra una figura monárquica que saldría de la tribu de Judá. Tanto los hermanos de Judá como muchos otros se beneficiarían como resultado de su reinado. El exhibirá fuerza y derrotará a sus enemigos sin que nadie pueda deponerlo. El alcance de su reino incluye no solo las tribus de Israel, sinó también las naciones. Acompañando a su venida habrá gran bendición y favor divino. A la luz de los versos 11 y 12 es altamente probable que los escritores posteriores no hubieran visto la profecía como cumplida en ningún sentido verdadero o final en el tiempo de David, sinó que podía anticiparse más en un tiempo futuro. Esto, por supuesto, se cumple finalmente en Jesucristo, que como descendiente de David y parte del linaje de Judá, es el Único que abarca el lenguaje de realeza empleado en el texto. El Señor derrotará finalmente a todos sus enemigos (Apoc. 19) y habrá un período de gran bendición a nivel mundial para Israel y las naciones por medio de Él (Rom. 11:25-32; Apoc. 20:4-6). Ciertos aspectos del reino han sido inagurados en la primera venida del Rey y la consumación total espera a su venida. Por ejemplo, tenemos al Espíritu ahora, pero seremos completamente glorificados cuando Él regrese (ver por ej. Hech. 3:19-22 y 13:16-41), e Israel será restaurado al reino en ese momento (Rom. 11:25-32). El próximo artículo en esta serie se enfocará en el símbolo de la “estrella” de Números 24:17-19, donde se elabora aún más acerca de estas esperanzas del reino.


1 Hay una disputa continua entre los estudiosos sobre la fecha precisa en que se desarrolla la idea “mesiánica” en Israel. Este servidor no alega que el texto, como fué concebido originalmente, tiene todo el propósito mesiánico de los textos posteriores, sinó que por su lenguaje exaltado y monárquico es un alimento óptimo para las esperanzas mesiánicas de los escritores posteriores. Luego de que hayamos analizado varios pasajes bíblicos por todo el AT y el período intertestamentario, entonces examinaremos el NT para ver dónde y cómo se utilizan estos pasajes.

2 Vea: Génesis, E. A. Speiser, La Biblia Ancla, Vol. 1 (Nueva York: Doubleday, 1964), 370.

3 Génesis 16-50, Gordon J. Wenham, Comentario Bíblico por Palabras, Vol. 2, ed. John D. W. Watts (Dallas, TX: Casa editora Word Books , 1994), 2: 475. Vea también Semítica 26 “La parole sur Juda dans le testament lyrique de Jacob”, André Caquot, (1976): 5, que dice: “Sans être la plus obscure des onze paroles que Genèse 49 prête à Jacob, la sentence du patriarche concernant son fils Juda est l’une des plus discutées.”

4 Para el argumento de que esta línea era originalmente dos versos (basado en paralelismos con 1QM 12:10), vea “Sombras de Dan en la Bendición de Jacob a Judá”, S. Gevirtz, ZAW 93 (1981): 23-24.

5 Para una cronología de la interpretación de Génesis 49:10 y su relación con Deuteronomio 33, ver “Una Cronología de la Interpretación de Génesis 49 y Deuteronomio 33”, J. D. Heck, B. Sac. 147 (1990): 16-31. Él dice que “todavía hay dos grandes vertientes de interpretación, la tradicional y la crítica, predominando esta última, y cada postura rechaza completamente la otra. Entre los de la escuela crítica, son minoría los que siguen la reconstrucción Albright-Bright-Wright de la historia de Israel. Los que siguen la reconstrucción Noth-Alt-von Rad con su hipótesis anfictiónica de la historia de Israel reflejan la interpretación dominante de Génesis 49 y Deuteronomio 33.”

6 Vea, por ejemplo, Génesis, Hermann Gunkel, Librería Mercer de Estudios Bíblicos, trad. de Mark E. Biddle (Mácon, GA: Prensa Universitaria Mercer, 1997), 452, que dice, “Los dichos de Gén. 49 pertenecen a diferentes eras. El dicho que concierne a Judá claramente presupone que Judá gobierna sobre las otras tribus. El contexto del canto indica cómo Judá adquirió ese derecho. Esto señala al tiempo de David o Salomón.” La afirmación de Gunkel descansa en la suposición de que el poema no fué una composición unificada, sinó una colección de tradiciones dispares, y una postura vaticinium ex eventu sobre el material profético. Esta última premisa todavía no ha sido decidida por aquellos en las áreas de la teología y de la filosofía (y es una que este servidor rechaza fuertemente como innecesaria), pero la anterior ha sido criticada por varios académicos. Vea, por ej. “Die Stämmesprüche Gen 49 3-27” Von Horst Seebass, ZAW 96 (1984): 333-50; Un Nuevo Comentario al Génesis, Franz Delitzsch, 2 vols., trad., Sofía Taylor (imp.in.: T & T Clark, 1888; reimpresión por Klock & Klock Christian Publishers, Minneapolis, MN, 1978), 2:366, reacciona a la idea de que el poema como un todo pertenezca a un período de la monarquía davídica, o al período de los Jueces, e insiste en que se remonta a Jacob mismo, ya que “se pueden esperar palabras testamentarias de carácter profético de un ancestro agonizante del pueblo escogido”.

7 Vea Un Análisis Introductorio del Antiguo Testamento, Gleason Archer, Jr., rev. ed. (Prensa Moody, Chicago, 1974) 155, 56 para argumentos en contra de fechar los restos en base al así llamado “Editor J” durante y después de la monarquía davídica.

8 El contraste entre Judá y las otras tribus, incluyendo a José (aunque a él también se le promete mucho en la bendición; versos 22-26) es evidente aún con una mirada superficial al poema como un todo. (Vea, por ej. Rubén, versos 3 y 4, que ya no sobresaldrá; Simeón y Leví, versos 5 y 6, cuya ira injusta y desproporcionada es maldecida; Isacar, versos 14 y 15, será sometido a trabajo forzoso, etc.).

9 La expresión “te alabarán tus hermanos” (;yj#a^ ;״Wdoy) envuelve asonancia y un juego de palabras (o sea, sátira) dentro de sí, con ;Wdoy y hd*Wh÷y+. El hecho de que Judá es alabado es importante al momento de indicar la naturaleza positiva de la bendición, porque solo en tres ocasiones más se dice que alguien es alabado en el AT: Job 40:14; Sal. 45:18[17], 49:19[18]. Pero véase “La Bendición de Judá en Génesis 49:8-12” de Edwin M. Good, JBL (1963):427-32, quien alega que la bendición solo parece ser loadora y mesiánica, pero en el fondo se basa en la ironía y resulta ser una imprecación mordaz sobre la tribu por las fornicaciones de Judá con Tamar en el capítulo 38. En ciertos puntos Calum M. Carmichael, “Algunos Dichos en Génesis 49” JBL (1969): 435-444, sigue a Good, pero no está de acuerdo en inferir por la “vara” algo acerca de la concepción de los gemelos; y no vé los mismos enlaces al capítulo 38 basadas en fbv porque en el 38:18 el término es hfm. De acuerdo a Carmichael, el enlace, si tan siquiera existe, es solo por una “asociación débil de ideas.” Tampoco está de acuerdo con la interpretación que Good dá al símbolo de la mula y la vid. Pero debemos rechazar abiertamente este punto de vista porque 1) es extremadamente sutil [Carmichael lo admite, p. 438] y en ciertos puntos muy forzado; y 2) descansa sobre la dudosa interpretación del verso 8 como imprecatorio. Ver Génesis, Wenham, 475; Génesis, Hamilton, 2:657.

10 Usualmente es el pie lo que el vencedor pone sobre el cuello de su enemigo derrotado, pero aquí es la mano—un hecho que ha provocado intentos de corrección. Ver, por ej. “La Ortografía en el Paralelismo Repetitivo,” Anderson, JBL 89 (1970): 344. La aparición de la frase en Qumrán, sin embargo (específicamente en el 1QM 12:11) debe eliminar la necesidad de tales reconstrucciones hipotéticas. 1QM 12:11 dice: “…Pon tu mano sobre el cuello de tus enemigos y tu pie sobre los montones de muertos” (¡itálicas mías!). Ver Los Escritos Esenios de Qumrán, A. Dupont-Sommer, ed. Geza Vermes (Gloucester, MA: Peter Smith, 1973), 187.

11 El que hay una relación causal entre las alabanzas y el hecho de que ha sometido a sus enemigos se prueba por la forma de conjunción causativa de W;Ødoy en el primer verso de la bendición.

12 Un Comentario Crítico y Exegético del Génesis, John Skinner. El Comentario Crítico Internacional, ed. S. R. Driver, A. Plummer, y C. A. Briggs, 2da ed. (Edinburgo: T & T Clark, 1930), 519.

13 Los dos términos fb#v@ y qq@{jm= son intercambiables en el sentido de que ambos representan autoridad y liderazgo político. Génesis 37-50, Claus Westermann, trad. de John J. Scullion (Minneapolis, MN: Augsburgo, 1982), 230. Ver también “Gén. XLIX/DEUT.XXXIII 2-3: Un Vistazo Nuevo a Problemas Antiguos”, B. Margulis. VT 19 (1969):203.

14 La frase “de entre sus pies” no es un eufemismo para el órgano sexual masculino, sinó que muestra el bastón o la vara del gobernante puesta en una posición de autoridad; y es de esta posición de autioridad y liderazgo que la vara no se apartará. Ver ANEP no. 463; Génesis, Hamilton, 2:658, núm. 26.

15 En esta traducción la h en hlyv se entiende como apuntando a un lugar.

16 Génesis 37-50, Westermann, 3:231.

17 Génesis, G. von Rad, 425, 26. Él dice que el que ha de venir, a la luz de los versos 11 y 12, “es casi una figura dionisiaca”, lo que probablemente es decir demasiado acerca de esta persona..

18 Génesis, Wenham, 478.

19 Con el término “escatológico” aquí nos referimos al tiempo vislumbrado en los versos 11 y 12 donde hay una abundancia de bendición divina concurrente con la llegada de la figura monárquica.

20 Ver Génesis, Gunkel, 456.

21 Génesis, Gunkel, 456.

22 Génesis, Gunkel, 458.

23 Génesis ty?arb, Nahum M. Sarna, El Comentario JPS de la Torah, ed. gen. Nahum M. Sarna (Filadelfia/Nueva York/Jerusalén: Sociedad Judía de Publicación, 1989), 337.

24 Génesis, Hamilton, 662.

25 Trabajaremos con esos pasajes mientras sigamos a través del estudio.